Bajo tierra en Polonia: Las minas de sal de Wieliczka

Un verdadero tesoro subterráneo en Polonia con más de 700 años de historia.

Imagináte caminar por pasadizos que han sido recorridos por generaciones de mineros, ver esculturas talladas a mano en sal y sentir cómo la historia de Polonia se revive en cada rincón. Las minas de Sal de Wieliczka no son solo un atractivo turístico, son una cápsula del tiempo que te transporta al pasado.

A solo 14 kilómetros de Cracovia, las minas de Sal de Wieliczka te invitan a explorar un laberinto subterráneo que se extiende por más de 287 kilómetros de galerías y alcanza una profundidad de 327 metros. Este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, ha sido explotado desde el siglo XIII y aún hoy sigue produciendo sal de mesa.

La catedral de sal: Un tesoro esculpido

Uno de los rincones más sorprendentes es la Capilla de Santa Kinga, también conocida como “la catedral subterránea más grande del mundo”. Está ubicada a más de 100 metros bajo tierra y fue completamente esculpida en sal por los mismos mineros que trabajaban en la mina. Imaginate entrar en una sala que parece de mármol, con candelabros colgantes, altares y esculturas religiosas… todo hecho de sal.

En sus paredes vas a encontrar bajorrelieves como “La Última Cena” de Da Vinci tallada directamente en la roca salina, y figuras como la Virgen María o Juan Pablo II. Los candelabros están hechos con bloques de sal cristalizada, pulida para que brille como si fuera vidrio tallado. La acústica es tan buena que hoy se celebran misas, bodas, conciertos de música clásica y eventos corporativos en esta capilla, que puede recibir hasta 400 personas.

¿Y quién fue Santa Kinga?

La historia de esta capilla está directamente ligada a una leyenda que todavía forma parte de la cultura polaca. Kinga era una princesa húngara del siglo XIII, hija del rey Béla IV. Al prometerse con el príncipe de Cracovia, le regalaron una mina de sal como parte de su dote. Pero ella, preocupada por su nuevo pueblo —que no tenía sal en ese entonces—, tiró su anillo de compromiso dentro de esa mina.

Cuando llegó a Polonia, pidió excavar en Wieliczka, y lo increíble es que al poco tiempo encontraron un bloque de sal gigante… con el anillo de Kinga adentro. Desde entonces, se la considera la patrona de los mineros, y es venerada como santa. La capilla subterránea fue construida en su honor y hoy es el símbolo más reconocido del lugar.

Cosas que no sabías (pero vas a querer contar)

Las minas no solo esconden historia, también tienen datos curiosos que sorprenden a cualquiera. Por ejemplo, ¿sabías que los túneles suman más de 287 kilómetros pero solo se puede visitar un 2%? ¿O que personajes como Copérnico, Goethe y el Papa Juan Pablo II caminaron por esos pasadizos? Incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis usaron parte del lugar como almacén y fábrica secreta.

Además, las cámaras subterráneas tienen una microclima único: el aire es tan puro que hoy funcionan también como sanatorios para personas con problemas respiratorios. Y como si fuera poco, hay lagos salinos naturales, rutas turísticas subterráneas y hasta una sala de conciertos donde se han presentado artistas en vivo.

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